Pmr446
Empuñé el bolígrafo como el asesino que empuña una daga, listo para apuñalar a su enemigo mortal por la espalda; lo acerqué al papel con un gesto rápido y con una sonrisa de suficiencia estampé la firma. Le había ganado al sistema y me había convertido en un joven con piso, que como está la cosa es …