Café Recalentado, o un recordatorio para mi mismo
El café debe ser caliente, amargo, fuerte y escaso.
Nunca he entendido a la gente que recalienta el café. No hay una cosa más mala que un café recalentado: sabe a lo que era, pero ya no es; sabe a caos en el paladar, a autoengaño con regusto a muerte y destrucción. Si recalientas el café estás …